Recuerdo infantil, descalzo y sin igual, por campos de arroz, donde el sol brillaba. La risa paterna, un eco celestial, su mirada un abrazo, que mi alma acaloraba. El shurumbito, aroma a hogar profundo, al llegar a casa, paz y dulce calma. Un tiempo feliz, un recuerdo fecundo, inocencia pura, en mi tierna alma. Ahora el tiempo corre, implacable y veloz, y el padre amado, ya no está aquí más. Solo queda el eco, de su voz hermosa, y el amor materno, que mi vida ampara. Gracias, Dios, por todo, por la fuerza inmensa, que me diste y das, para seguir adelante. Por cada recuerdo, que mi alma refulge, y por la esperanza, que me llena el instante. #yawarlove Rolando Cubas