Llora, corazón, sin temor a la noche,
Que en cada lágrima nace una flor.
Desahoga el alma, deja que fluya el roche,
Y en la calma encontrarás tu mejor valor.
No temas a la herida, que es puerta a la luz,
Y en la oscuridad, despierta una estrella.
Que el dolor te purifique, corazón, es tu cruz,
Y en el renacer hallarás tu bella huella.
Llora, corazón, pero nunca te rompas,
Que en cada lágrima yace una nueva vida.
Y cuando el alma sane, encontrarás tus compás,
Y en el amor, tu fuerza será más liviana.
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